domingo, 6 de abril de 2014

Creo recordar que el director pide luego la palabra

Creo recordar que el director pide luego la palabra. Estamos en un centro que no es insti, sino sección, así que nuestro director (querido director para más inri) no pisa el suelo nuestro, no vaya a coger una infección garrula o algo así... El nuestro tiene el don de los políticos: palabra hueca fácil y contenido nulo. Habla mucho y parece que bien, pero no dice nada. Salvo cuando te toca los cataplines diciendo que el alcalde está un poco disconforme con lo que está pasando en el insti o cuando pone el grito en el cielo del número de partes y de comisiones de convivencia. Que venga él y vea si no nos quedamos cortos, no te digo...

Posteriormente, tras cabrearte con el discurso (speech seguro que le mola más a él, tiene pinta de pijo y snob en adaptar extranjerismos/barbarismos en el lenguaje), ceden el turno de palabra al resto del claustro; es decir, a los profesores, que tardan como un minuto, dos, tres... (silencio tenso, jajajaja) en arrancarse a comentar sus problemas. Luego ya se produce el enjambre de voces y de quejas, que generalmente no solucionan nada. Pero es bueno eso de desahogarte. Yo todavía no me he atrevido a hacerlo, impone eso de hablar frente a todo un grupo de profes que se han ido enfadado conforme pasaba el tiempo... Eso sí, no me ha pasado como a mi compi, R., de Física, también novata como yo, que en el 2º claustro la pobre estuvo preocupada y en tensión porque se hablaba del alto número de suspensos y ella se llevaba la palma en 3º, y pensaba que le iban a echar la bronca o decirle algo...

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